8 consejos para una entrevista on line efectiva

Los procesos de selección se han transformado a consecuencia de la pandemia. De repente, un 13 de marzo desaparecimos de las oficinas, para encerrarnos en nuestros hogares y a pesar de las dificultades, salir adelante.

En un primer momento, tendimos a pensar (o a esperar) que fueran «solo 15 días». A la vista está que fueron y son muchos más.

A pesar de que la situación de estado de alarma ha desaparecido, seguimos en medio de una pandemia que sigue forzando a que mantengamos las distancias.

Así que llegó un momento en que ante la necesidad de contratar personal, empezamos a organizar procesos de selección totalmente virtuales.

Esto me obligó a aprender sobre la marcha, de un día para otro y sin conocer referentes que me pudieran ayudar.

De todos estos meses seleccionando personal, he detectado algunos aspectos básicos que muchas veces la persona entrevistada no tenía en cuenta y que jugaban en su contra.

Os dejo aqui una serie de tips básicos o consejos para que tengáis en cuenta si tenéis que realizar una entrevista on line. Puede que te parezcan de sentido común, pero lo cierto es que me he encontrado con todas estas situaciones que te explico. No des nunda nada por sentado.

1. Programa

Existen múltiles plataformas por las que realizar una reunión on line: skype, zoom, jitsimeet, google meet, etc. Muchas de ellas necesitan de una aplicación de descarga si usas el móvil para la entrevista. Y muchas también un programa que tienes que descargar e instalar en tu ordenador. Otras, con tan solo entrar en el enlace es más que suficiente.

Asegúrate que lo tienes todo descargado. Piensa que a veces te piden que te registres. Todo eso es un tiempo de preparación que puedes hacer días antes de la entrevista y te ahorras que corran los minutos, llegue la hora de la entrevista y aún estés registrandote en la web.

2. Conexión

Por supuesto que a veces la tecnología falla y no sabemos porqué ni podemos evitarlo, pero si sabes que en tal rincón de tu casa no llega la wifi, deberías buscar otro sitio.

Incluso cambia de ubicación. Ahora mismo podemos salir de casa, si es necesario pide a alguien cercano poder hacer la entrevista en su casa.

Puede ser muy difícil conocer a una persona candidata a la que no se le escucha, no se le entiende o no se le ve porque no tiene conexión. Una mala conexión son menos oportunidades para conseguir ese puesto.

Además, piensa una cosa, en este caso concreto, si le dices a la persona que te entrevista: «es que en mi casa tengo muy mala conexión» o «es que en mi cuarto no llega la wifi» lo que estás demostrando es que no buscas soluciones. Si sabes que no hay conexión en la habitación en la que estás, ¿qué haces ahí? En situación de pandemia, en la que no podíamos apenas pisar la calle, es más que comprensible, pero ahora no.

3. El espacio

Busca poner tu portátil o tu móvil en un espacio un tanto cuidado. Sentarte en la cama a hacer una entrevista de selección no es la mejor de las ideas. En una entrevista presencial estarías en una silla con una mesa delante, busca un sitio en tu casa en el que puedas estar así.

Vigila lo que se ve de fondo. La persona que entrevista puede que se fije o puede que no, pero es mejor que lo que se vea sea simplemente: una casa. Tu comedor, un escritorio e incluso la cocina pueden ser un sitio adecuado para hacer una entrevista si no hay un desorden exagerado.

Aplica el sentido común: ¿como tendrías tu casa si viniera una visita de compromiso?

4. La cámara

Asegúrate que sea la que sea (portátil, ordenador, móvil, tablet), está en un soporte seguro y estable. Hacer una entrevista con el móvil en la mano cansa mucho a la persona que está entrevistando. Y no te conviene que eso pase. La persona que te está entrevistando se está fijando en muchos detalles, te observa y valora mientras te habla. Si la imagen baila sin parar te puedo asegurar que resulta muy difícil seguir la entrevista.

Comprueba que cuando la cámara enfoca se te ve dentro del encuadre y estás de forma cómoda en la silla. Si tienes que estar bajando la cabeza o agachándote para que se te vea, acabarás con dolor de espalda y probablemente te tensionarás innecesariamente. Cambia de silla o de ubicación y todo esto antes de que empiece la entrevista.

5. Tu aspecto

Estás en una entrevista de trabajo, que aunque la estés haciendo en tu casa, sigue siendo una entrevista de trabajo. Da lo mismo si en las piernas llevas el pantalón del pijama, pero arregláte ni más ni menos que como lo harías en una entrevista presencial de cintura para arriba.

6. Tu mirada

No te voy a decir aquello de que mantengas fija la mirada en los ojos de la persona que te entrevista porque es un absurdo. Tengo un hijo con autismo y de verdad que no entiendo la obsesión con decir a las personas que mantengan la mirada siempre fija en los ojos de la persona que les habla. Lo natural es mirar unos segundos, escuchar, tal vez mirar pensando hacia otro lado, mantener la mirada fija siempre es imposible e incluso más bien molesto.

Lo que si te voy a explicar es que cuando mires, lo hagas a la persona que te está hablando y no a ti misma. Solemos hacerlo porque queremos asegurarnos de que se nos ve bien y lo estamos haciendo estupendamente bien, pero si miras hacia tu imagen y luego vuelves a quién entrevista y otra vez y otra, quién entrevista se da cuenta.

Sobretodo si de repente te arreglas el pelo como quien se mira en un espejo. No lo hagas, de verdad, para quién entrevista es muy molesto y durante esos segundos tienes la sensación de estar fuera de lugar.

7. Time out

Estás en tu casa y aunque lo hayas previsto todo puede pasar que se te escape el gato de donde lo tenías encerrado y aparezca por delante de la pantalla. O que te llamen a la puerta, o al fijo de casa.

Si eso ocurre, no pasa nada. Sencillamente disculpate un momento y di que vas a cerrar la cámara y el micro durante unos minutos mientras solucionas el inconveniente.

Dejar la cámara y el micro abierto mientras abres la puerta de tu casa a un repartidor o a tu vecina o mientras constestas una llamada de tu madre, es tu vida privada. No necesitamos ser testigos de ello quienes te estamos entrevistando.

No es algo realmente importante, al fin y al cabo, quienes te entrevistan saben que estás en tu casa y esas cosas pueden pasar, pero como no sabes qué va a pasar realmente, mejor desconecta cámara y micro.

Conclusión

Aunque parezca mentira, no hace falta nada especial para preparar una buena entrevista on line. Creo que son tips realmente sencillos que se reducen al final en una sola cosa. No hagas en una entrevista on line lo que NUNCA harías en una entrevista presencial. Así de sencillo.

Parece obvio, pero en mi experiencia estos meses haciendo entrevistas de selección a través de la pantalla, he visto buenos candidatos perderse por estar más preocupados por el gato que aparece y desaparece por detrás que por la entrevista. O por sujetar el móvil con algo que no sostiene realmente el aparato y tener que estar recolocándolo constantemente.

Si tienes todos los elementos externos de tu alrededor controlados, podrás concentrarte en dar lo mejor de ti en esos minutos que tienes para darte a conocer. En definitiva, para demostrar que eres la persona idónea para el puesto de trabajo.

Anuncio publicitario

Hablemos de suicidio

Pensamos en suicidio y nos incomoda, nos molesta, es algo de lo que no queremos hablar y miramos hacia otro lado.

No se suele hablar mucho de este tema a pesar de las cifras que demuestran que es un problema real y grave. (Cayuela et al, 2020)

En los tiempos que corren (de pandemia), todavía mucho más. El suicidio es un acto que pretende acabar con un proceso de sufrimiento y malestar continuado.

El confinamiento ha incrementado los niveles de ansiedad y estrés. Los cambios en las formas de relacionarnos, a través de una mascarilla y evitando el contacto físico, han dejado huella en nuestra vida para siempre.

Hace unos días aparecía en todos los periódicos una noticia que alertaba de que unas 700.000 personas estaban abocadas a la pobreza a consecuencia de los efectos del coronavirus. (En referencias podéis consultar el enlace a la noticia en el diario La Vanguardia)

Y lo que está por venir, veremos si es mucho mejor. Sabemos que se nos viene una crisis económica que, por supuesto, pondrá una vez más sobre la mesa las carencias de un sistema que no está pensado para las personas.

Hablemos de suicidio

Esta entrada: «Odio mi vida, quiero morir» Hablemos de suicidio. Es la que más lecturas tiene de mi otro blog www.lactandoendiverso.com. El año pasado y el anterior la entrada más leída era Autismo, lactancia y rabietas, pero las estadísticas se han puesto del revés.

Creo que es muy significativo ese cambio de ranking y por este motivo y dado que ayer fue el Dia Mundial de la Prevención del Suicidio me he decidió a escribir esta entrada.

Hablemos de sufrimiento

Estadísticas, hay muchas sobre este tema. Estudios que analizan las causas, las características de la población e incluso los diferentes planes de actuación para la prevención del suicidio.

Pero, en realidad poco llega a la población en general. A menos que seas persona directamente afectada. No existe un Plan Nacional para la prevención del suicidio. Muchas comunidades autónomas han diseñado planes específicos, algunas no han hecho nada. (Navarro Gómez, 2020)

Existe el miedo a hablar del suicidio como si el hacerlo fuera a animar más a las personas a hacerlo. Pero es que no se trata del suicidio como acto en sí, sino todo lo que le precede: el sufrimiento.

Es absurdo pensar que alguien pueda plantearse acabar con su vida por que pretende llamar la atención, para fastidiar a su familia o como un acto egoísta y ególatra.

Una persona que tiene ideas suicidas, que lo intenta o lo consuma: está sufriendo.

Hablemos de prevención

Por supuesto, no soy experta en este tema, así que para redactar este post me he basado en las referencias que encontraréis al final del documento y en mi propia experiencia personal.

Los factores que conducen a una persona a pensar en quitarse la vida pueden evitarse en gran medida.

Desde luego, respecto a las causas neurofisiológicas poco podemos hacer las personas de a pie. No voy a entrar en detalles sobre estas causas, apunto algunas: predisposición genética familiar, neurotransmisores que influyen en la regulación del estado de ánimo, etc. (Barrera Mendoza y Patiño Barón, 2020).

Pero el común de la población sí que podemos hacer muchas cosas para evitar el sufrimiento de quienes nos rodean.

Vuelvo a incidir en algo que considero deberíamos tener grabado a fuego a en la mente:

  • No acoses: respeta la vida de los demás.
  • No te burles: respeta a las personas por el mero hecho de ser personas
  • No ridiculices: respeta a las personas que escogen formas de vida y de ser diferentes que la tuya.

Tan sencillo (y complicado a la vez) como esto.

Ninguna de las personas que estáis leyendo este post (a no ser que seáis políticos con capacidad para cambiar las cosas, que dudo mucho que me lean) podéis realmente cambiar las estructuras sociales y económicas de ningún sitio.

Yo no tengo capacidad para aumentar las tasas de actividad laboral, que es un factor protector. Las personas que no tienen problemas para llegar a fin de mes obviamente tienen menos riesgo de suicidio.

Tampoco puedo por ejemplo crear de la noche a la mañana redes de apoyo social en aquellas poblaciones aisladas que carecen de las mismas.

Pero puedo cuidar mis palabras y decir lo que pienso sin ofender a la persona que tengo delante. Puedo tomar consciencia de que no soy nadie para juzgar la forma de vivir de otras personas. Puedo no hacer sufrir a las personas que me rodean de forma innecesaria.

Hablemos del valor de las personas

Desde que publiqué «Odio mi vida, quiero morir» Hablemos de suicidio varias personas han dejado comentarios en la entrada haciendo llamadas de ayuda.

Ha sido algo totalmente nuevo para mí, pues no pensé que explicar nuestra experiencia personal pudiera tener la más mínima respuesta en ese sentido.

Las veces que alguien comentaba en la entrada con un grito de socorro, pedía ayuda a dos amigas cercanas: a Laia Pinilla y a Eli Soler, para ayudarme a encontrar las palabras adecuadas para contestar al comentario y por privado por mail.

Estas personas nunca contestaron a mis correos electrónicos y nunca sabré si están bien. Podía no haber hecho nada, no haber contestado, pero como quedar indiferente ante comentarios así.

El mensaje que acababa enviando se basaba al final siempre en dos cosas:

  • Busca ayuda porque nadie se merece una vida de sufrimiento
  • Busca ayuda porque eres una persona valiosa y te mereces una vida plena.

Hablemos de herramientas

Pero en esos mensajes no podía hacer más que expresar mi apoyo y poca cosa más.

Así que, para acabar este post, quiero hacer una pequeña recopilación de teléfonos y webs a las que acudir para buscar ayuda o ampliar información.

Teléfonos:

Asociaciones y fundaciones:

Publicaciones:

Referencias

Noelia Navarro Gómez (2020) El abordaje del suicidio: revisión de las estratègies autonómicas para su intervención. Rev Esp Salud Pública. 2020; Vol. 94 https://www.mscbs.gob.es/biblioPublic/publicaciones/recursos_propios/resp/revista_cdrom/VOL94/C_ESPECIALES/RS94C_202005036es.pdf

Cristina Blanco. (2019) El suicidio en España: respuesta institucional y social. Revista de Ciencias Sociales, DS-FCS, vol. 33, n.º 46, enero-junio 2020, pp. 79-106 http://www.scielo.edu.uy/pdf/rcs/v33n46/1688-4981-rcs-33-46-79.pdf

Lucía Cayuela, Álvaro Cerame del Campo, Emilio José López Sánchez, Susana Rodríguez-Domínguez y Aurelio Cayuela. (2020) Evolución espaciotemporal del riesgo de mortalidad por suicidio en la españa peninsular (1999-2018). Rev Esp Salud Pública. 2020; Vol. 94. https://www.mscbs.gob.es/biblioPublic/publicaciones/recursos_propios/resp/revista_cdrom/VOL94/ORIGINALES/RS94C_202008082.pdf

David Sánchez-Teruel y Mª Auxiliadora Robles-Bello. (2014) Factores protectores que promueven la resiliència ante el suicidio en adolescentes y jóvenes. Papeles del Psicólogo, 2014. Vol. 35(2), pp. 181-192. http://www.papelesdelpsicologo.es/pdf/2438.pdf

Rosa M.Bosch (23 junio 2020) La Covid amenaza con abocar a 700.000 personas a la pobreza en España. La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/vida/20200623/481914039879/pobreza-oxfam-covid.html

José Luis Barrera Mendoza, Andrea Juliana Patiño Barón. Suicidio: factores neurofisiológicos. 2020. ⟨hal-02522855⟩ https://hal.archives-ouvertes.fr/hal-02522855/document

Vuelta al cole y perspectiva de género

La vuelta al cole está en boca de todos, pero en el cajón de los olvidados. Los profesionales que se iban a contratar para poder bajar las ratios se han esfumado y las inversiones en educación siguen sin aparecer. La educación de nuestra infancia es considerada un guarda-niños para que los padres puedan trabajar. La dimensión social y psicológica del desarrollo de las criaturas y sus derechos fundamentales no forman parte de la agenda política. No son prioritarios. Tampoco las mujeres, mayoritariamente cuidadoras principales de esas criaturas, con salarios más bajos y mayor precariedad. Vamos a hablar entonces: de la vuelta al cole y la perspectiva de género.

¿Qué es la pespectiva de género?

Es una mirada a través del cristal de la vida de las mujeres. Supone ponernos del lado del prisma adecuado para poder ver la vida a través de la piel de las mujeres. El género, como tal, es un conjunto de atributos asignados a un determinado sexo: unos roles, unas expresiones de género, atribuidas al sexo biológico mujer.

Se trata de un conjunto de características impuestas por la sociedad que determinan (o así lo pretenden) el futuro de una persona en función del sexo y el género asignados al nacer.

No voy a entrar en detalle sobre las diferencias entre sexo y género porque no es el objeto de este post, pero te avanzo que sobre este tema hay debate intenso y sin acabar. Lo que significa que estamos en proceso de cambio y eso no sucede de un día para otro.

Para facilitar la lectura, hablaremos de mujeres y madres sin más, aunque es evidente que las posibilidades son mucho más amplias.

Ser mujer en España supone vivir en un sistema social y económico que te posiciona en un estatus claramente diferenciado de lo que supone ser hombre.

La sociedad, tal y como está organizada, contribuye a la discriminación y fomenta la continuación y perpetuación de esa discriminación.

Observar con perspectiva de género es tener en cuenta cómo las características del sistema social en el que vivimos, afectan a la vida de las mujeres y de los hombres.

Actuar con perspectiva de género es tratar de poner los medios para conseguir modificar el sistema con la intención de que los cambios sean permanentes y desaparezcan esas discriminaciones.

Partimos de la desigualdad

La precariedad laboral, la pobreza infantil, la brecha digital y la violencia de género son aspectos que, junto a la falta de conciliación y política de cuidados, se han levantado con la mano en alto pidiendo turno de palabra en esta crisis sanitaria.

Nadie les ha dado la palabra. En el centro de la crisis han estado los intereses económicos principalmente, y en mucha menor medida, las personas.

Antes de la pandemia ya estábamos en una situación crítica. Esto no es nada nuevo. Tan solo ha servido para echar más leña al fuego y seguir avivando las ascuas de la precariedad y la pobreza.

Las mujeres y los cuidados

Las mujeres cuidamos, no porque se nos dé mejor o lo llevemos en los genes, como todavia piensan determinados grupos sociales, sino porque la estructura de la sociedad y nuestra cultura nos empuja a ello.

Los cuidados son exclusivos de las mujeres hasta que se profesionalizan y entonces la cosa cambia. Cocinar, cocinamos todos en todas las casas. Las abuelas, las madres, han llevado el peso de las viandas familiares sin recibir premios ni salario. Los cocineros profesionales, premiados y bien pagados, son la mayoría hombres, salvo excepciones contadas.

Las tareas del hogar siguen estando mal repartidas entre hombres y mujeres dentro del hogar. Nuestras costumbres y nuestra cultura nos inculcan a todas y a todos que las mujeres lo hacemos mejor. Lo que sucede en realidad es que desde bien pequeños a las niñas se nos imponen unas ideas y criterios que predeterminan que nos lo creamos. Exactamente igual que los niños reciben mensajes del tipo «eso son cosas de niñas» de forma despectiva.

La vuelta al cole

La vuelta al cole está en boca de todos, como decía al principio de este post: se habla de seguridad, se habla de derecho a la educación y de la necesidad de socializar de la infancia.

Añado aqui otro elemento para el análisis: la perspectiva de género. Nos tenemos que preguntar qué supone para las mujeres y madres la vuelta al cole en las condiciones de las que estamos hablando por todos los medios: prensa, redes sociales, etc.

«La pobreza tiene rostro de mujer» es una frase que se empezó a acuñar en los Estados Unidos de los 70 y que se ha hecho de uso común en textos relativos a las mujeres y la perspectiva de género.

La cara de la economía sumergida es de mujer. La cara de la precariedad laboral y los salarios notablemente inferiores a los compañeros hombres tiene rostro de mujer.

Las mujeres cuidamos mayoritariamente a las criaturas y a las personas dependientes. Realizamos una labor social que no tiene reconocimiento ni recompensa. No forma parte del PIB. No tenemos derecho a vacaciones ni a bajas remuneradas. Si estamos trabajando y nos ponemos enfermas, tenemos derecho a una baja por IT (incapacidad transitoria), podemos quedarnos en casa y no ir a trabajar. Pero si por el contrario «solo» estamos en casa cuidando de la casa y educando a nuestros hijos, si nos ponemos enfermas, nadie nos va a dar permiso para irnos a otro sitio y descansar.

Así que el gran problema de la vuelta al cole es: ¿qué hacemos con los niños si los confinan en casa y tenemos que trabajar?

Conciliación y tamagochis

Los niños no son tamagochis que se puedan pasar de bolsillo en bolsillo sin importar quién los cuide. El desprecio hacia la infancia repercute en malestar y sufrimiento para quienes son sus cuidadores. Pone entre la espada y la pared a las familias que no tienen recursos económicos ni sociales suficientes para poder cuidar con dignidad a sus hijos. A las mujeres, que estadísticamente son las que se dedican a las tareas de cuidados, además de trabajar fuera del hogar.

El teletrabajo tampoco es la panacea. Soluciona en parte los problemas, pero no es una solución global que se pueda aplicar a todo el mundo. Existen puestos de trabajo que requieren de presencialidad de forma inamovible: la atención a las personas.

Es necesario un planteamiento global de los cuidados que tenga en cuenta la perspectiva de género.

El colectivo feminista Petra viene reclamando un permiso retribuido que permita cuidar de los pequeños en caso de que se queden confinados o en cuarentena en casa por causa atribuible a la vuelta al cole.

Personalmente me adhiero a esa petición y la apoyo. Es una necesidad clara y contundente que no debe recaer en las espaldas de las familias. Si la crianza y educación de nuestra infancia, y las madres como colectivo especialmente vulnerable, son una prioridad real en la agenda política, crearán ese permiso.

Tan solo espero y deseo que sea un permiso que venga para quedarse. Actualmente no existe ningún permiso que permita quedarse al cuidado de un menor por enfermedad común.

Los permisos existentes en caso de hospitalización u accidente grave son ridículos.

Esto comporta que seamos las madres (las que cuidamos principalmente) las que más piden reducciones de jornada, excedencias o directamente se ven obligadas a salir del mercado laboral y muchas a mantenerse gracias a la economía sumergida.

Políticas públicas y protección de la maternidad

La maternidad y la paternidad son las dos caras de la misma moneda. En una la cara y en otra la cruz. La cruz que llevamos encima las mujeres con los roles de género que se nos asignan al nacer en base a nuestro sexo biológico.

La predeterminación de nuestra identidad desde el nacimiento es en realidad, una muestra más de los estereotipos y prejuicios estrictos y rígidos que nos autoimponemos como colectivo.

Esta pandemia ha comportado vulneraciones de derechos aberrantes y brutales. Desde los sanitarios obligados a trabajar sin descanso poniendo en riesgo su propia vida, hasta las embarazadas obligadas a parir solas enmedio de un hospital de campaña.

Todo por la falta de políticas públicas que pongan en el centro a las personas. Los recortes en sanidad, educación y servicios sociales son el efecto y no la consecuencia de esa falta de mirada. Las consecuencias las pagamos los usuarios y los profesionales de los servicios de salud y servicios sociales, los profesionales de la educación, el alumnado y las familias, en especial las que están en situación de riesgo de exclusión de social.

Referencias

Jornada reducida por guarda legal: ¿qué me corresponde cobrar si estoy de ERTE?

Cuando se inició la crisis por el coronavirus, multitud de empresesa se acogieron (y siguen acogidas) a la figura del ERTE: expediente de regulación temporal de empleo. Las mujeres que somos madres solemos ser las que reducimos jornada por guarda legal de menor. Cobramos menos, por tanto, surge la duda: si estoy de ERTE, ¿qué me corresponde cobrar?

Mi empresa me hace un ERTE

ERTE, ERE, siglas extrañas, que parecen lo mismo, pero no lo son exactamente. Comparten en sí el hecho de ser formas de suspensión o finalización de relaciones laborales de forma colectiva.

ERTE: Expediente de regulación de empleo temporal. Es un despido colectivo que suspende DE FORMA TEMPORAL una relación laboral. No hay indemnización. El trabajador puede solicitar su prestación por desempleo.

ERE: Expediente de regulación de empleo. Es un despido colectivo que finaliza DE FORMA DEFINITIVA una relación laboral. Hay indemnización. El trabajador puede solicitar su prestación por desempleo.

Estas dos figuras se encuentran reguladas en el RDLey. 3/2012. Responden a la necesidad de por un lado, proteger los derechos de los trabajadores que ven como su puesto de trabajo desaparece de forma colectiva. Y por otro permitir a las empresas, ante situaciones graves económicas, organizatives, etc, reducir plantilla para intentar salvar la crisis y continuar la actividad económica.

Existen variaciones en cada uno de ellos: en función del tamaño de la empresa, el número de trabajadores, si afectan a toda o parte de la plantilla, de reducción de jornada, etc.

No entro al detalle de toda la casuística porque no es el objetivo de este post. Puedes encontrar información relacionada en los enlaces que incorporo en referencias si quieres profundizar un poco más.

Recuerda que ante la situación excepcional que hemos vivido por el decreto de estado de alarma, se han introducido modificaciones excepcionales en la regulación de estas figuras que puedes consultar aqui.

Y estoy de reducción de jornada por guarda legal

La regulación del Estatuto de los Trabajadores prevé en el artículo 37.6:

Quien por razones de guarda legal tenga a su cuidado directo algún menor de doce años o una persona con discapacidad que no desempeñe una actividad retribuida tendrá derecho a una reducción de la jornada de trabajo diaria, con la disminución proporcional del salario entre, al menos, un octavo y un máximo de la mitad de la duración de aquella.

Art. 37.6

Es decir, tenemos derecho a no permanecer en nuestro puesto de trabajo toda la jornada pactada en nuestro contracto, pero como contrapartida cobramos menos.

Esto responde a la filosofía del mercado económico: «tanto trabajas, tanto ganas», en palabras banales y sencillas (y reduccionistas, también).

Desde mi punto de vista, no está a la altura de las circunstancias reales de la vida de las mujeres que somos madres. No corrige desigualdades y penaliza a quienes nos quedamos en casa al cuidado de un menor. Desvaloriza la función social de cuidado de las personas y acaba siendo una medida que más que evitar o reducir, fomenta las desigualdades salariales y la discriminación por razón de sexo. (Instituto de la Mujer, estadísticas de 2005 a 2017).

Por no hablar de que parte de la premisa, ya superada por la realidad social, de que en la familia existen dos progenitores que además trabajan. (Fuente: Idescat) Esto no siempre es así, como nos demuestra la realidad que va muy por delante de la legislación en este caso. Las familias monomarentales son una realidad estadística tozuda a la que nadie parece querer hacer caso (Estudio FAM: «mujeres y punto»).

Pero en fin, dejo para otro post, propuestas diferentes y reflexiones alrededor de la conciliación de la vida laboral y familiar.

¿Qué me corresponde cobrar?

Podrías pensar que, siguiendo la lógica anterior: de «tanto trabajas, tanto cobras», tal vez en caso de ERTE o ERE también cobres de forma proporcional a tu jornada laboral.

En este caso, menos mal, la legislación protege a las personas (en su mayoría mujeres) que están de reducción de jornada por guarda legal y se ven incluidas en un ERTE.

El SEPE tendrá en cuenta la jornada trabajada con anterioridad a la reducción.

Te dejo en este enlace la FAQ del SEPE en la que explica qué sucede en caso de guarda legal y ERE.

Y aqui otro enlace en el que puedes encontrar lo necesario para tramitar la prestación.

Estoy de ERTE, con guarda legal, pero no me están pagando la jornada completa

Reclama. Habla con tu empresa, enviales el enlace al SEPE. Pide cita en el SEPE para que te informen. Ya ha finalizado el estado de alarma, pero la situación de fuerza mayor para muchas empresas sigue existiendo. Puedes acudir de forma presencial al SEPE a informarte.

Los sindicatos generalistas y los sectoriales a menudo ofrecen asesoramiento, si no gratuito, a precios asequibles. La opción de buscar un gestor privado o la consulta puntual a un abogado laboralista siempre la tienes y es una opción más a tener en cuenta.

Infórmate y reclama tus derechos.

Referencias

La indefensión aprendida y la búsqueda de empleo

La indefensión aprendida es un fenónemo psicológico que nos puede poner trabas a la búsqueda de empleo.

Conlleva una serie de dèficits cognitivos, de «errores» en la valoración que hacemos de las experiencias vividas, que nos pueden jugar una mala pasada.

Ante una búsqueda infructuosa de empleo durante un largo período de tiempo podemos caer en el error de pensar que hagamos lo que hagamos no vamos a encontrar trabajo.

Cuando has tirado la toalla, consideras que nunca vas a estar a la altura suficiente para que te contraten y piensas que no vale la pena seguir intentándolo, es muy posible que hayas caído en la trampa de la indefensión aprendida.

Vamos a ver qué es, qué elementos la componen, cuáles son sus consecuencias y lo más importante: como escapar o evitar caer en la trampa.

¿Qué es la indefensión aprendida?

La indefensión aprendida fue un término que acuñó inicialmente Martin Seligman en 1975. En sus trabajos de investigación sobre el aprendizaje observó la conducta de un grupo de perros con los que investigaba y se dio cuenta de un cambio que le llamó la atención.

En el experimento colocó a los perros en unas jaulas en las que podían recibir pequeñas descargas eléctricas desagradables totalemente aleatorias. Los animales podían salir aprentando una palanca con una pata. Dividió los perros en grupos y en uno de los grupos lo que hizo fue preparar esa palanca para que no funcionara y no se abriera la puerta.

El grupo de perros que estuvo en las jaulas cuya palanca no funcionaba, dejó de intentar salir y dejó de intentar apretar la palanca para salir. Lo que pasó es que aprendieron que hicieran lo que hicieran no podían salir de la jaula. Y aun teniendo la posibilidad real de salir, porque la palanca volvió a estar operativa, no hacían nada por intentarlo. Se había producido el fenómeno de la indefensión aprendida.

Elementos de la indefensión aprendida

Evidentemente, los seres humanos somos más complejos que los animales. La teoria de la indefensión aprendida fue reformulada por diversos autores hasta llegar a lo que conocemos hoy.

La indefensión aprendida depende mucho de las habilidades emocionales que tenga el sujeto, de la resiliencia, de la autoestima, de las experiencias previas, etc.

Las personas somos complejas en nuestra forma de valorar el mundo que nos rodea. Podemos ser optimistas u optimistas. Podemos tener tendencia a echar la culpa a los demás de las cosas que nos ocurren o tender más bien a pensar que somos nosotros los culpables de nuestras acciones.

La capacidad de razonamiento, el lenguaje, la introspección y esa vocecita interior que nos acompaña todos los días nos diferencian claramente de los animales.

Estos son los elementos de la indefensión aprendida.

  • Situación aversiva, negativa: la persona está enmedio de una situación desagradable, más o menos duradera en el tiempo, como puede ser el hecho de buscar trabajo y no encontrarlo.
  • Expectativa de incontrolabilidad: dependiendo de cada persona, sus características, las acciones que lleva a cabo y los resultados que obtiene, se llega a conclusión de que la situación aversiva es incontrolable por el sujeto.
  • Aprendizaje: Es entonces cuando se produce el aprendizaje, la persona aprende y asume que haga lo que haga no va a conseguir cambiar las cosas.

Este fenónmeno en realidad es una trampa porque lo cierto es que si dejamos de buscar trabajo, seguro que nunca lo encontraremos. Y esto no tendrá nada que ver con nuestras características personales, ni con el mundo laboral, ni nuestros estudios, ni nada de nada. Tendrá que ver con la indefensión aprendida.

Consecuencias de la indefensión aprendida

Veamos ahora, con un poco más de detalle, las consecuencias de la indefensión aprendida referidos a la búsqueda de trabajo, fácilmente extrapolables a otras situaciones.

  • Pérdida de motivación: ante la falta de incentivos que nos animen a seguir adelante, dejamos de tener motivación para buscar trabajo. Nos conformamos, nos resignamos y dejamos de intentarlo. Dejamos de actuar de forma activa hacia la búsqueda de empleo.
  • Incapacidad para aprender estrategias nuevas: Se trata de un déficit cognitivo o de aprendizaje que causa que seamos incapaces de emprender acciones diferentes para conseguir nuestro objetivo: aprender a hacer un curriculum de mayor calidad, por ejemplo.
  • Cambios emocionales: desesperación, tristeza, ira, apatía, ansiedad, en mayor o menor grado dependiendo de las características de cada individuo.

Así que, como podéis comprobar, la indefensión aprendida es una trampa cognitiva en la que mejor no caer, pues puede ser el elemento que nos impida ver la oportunidad de trabajo que tenemos delante.

Además, puede ocurrir que la indefensión aprendida se generalice a otras áreas de la vida de la persona, entrando en un círculo vicioso del que puede ser difícil salir.

Como escapar o evitar caer en la trampa

Una buena autoestima es la mejor baza para evitar caer en el error de pensar que no somos capaces de salir de una situación. Por desgracia, tener o no tener una buena autoestima no es algo que podamos comprar en la tienda de la esquina. Tener un concepto positivo de uno mismo, valorar nuestras habilidades y sobretodo apreciarnos a nosotros mismos, puede ser un trabajo de años.

Un ejercicio que podemos hacer para intentar salir de la indefensión aprendida es buscar otras áreas de nuestra vida en las que hayamos tenido éxito. Tal vez hemos encontrado una pareja con la que compartir nuestra vida, puede que hayamos sido capaces de salir airosos de situaciones de conflicto familiares en el pasado o simplemente, tenemos siempre suerte a la hora de aparcar el coche.

Otro ejercicio puede ser escribir, o simplemente reflexionar, sobre nuestras capacidades, buscar el momento en el cual empezamos a pensar que no íbamos a conseguir nunca trabajo. ¿Qué pasó? ¿Que motivó que empezara a pensar en ello? Rememorarlo y tratar de reconocer en aquella situación cómo caimos en la indefensión aprendida, nos puede ayudar a tomar conciencia y empezar a cambiar como valoramos nuestras capacidades.

Se trata de romper esa creencia falsa que nos hace, precisamente, perder nuestra capacidad de aprendizaje. Tan necesaria para abrir la mente y buscar nuevas oportunidades.

El mismo concepto indefensión aprendida, deja muy claro que la indefensión es algo que no forma parte de nuestra naturaleza, es un aprendizaje y como tal, podemos reaprender y cambiarlo.

El sistema de creencias que se establece alrededor de la búsqueda de empleo nos ata y nos encasilla. Romper esa cadena es clave para salir adelante.

Si pudimos aprender que hagamos lo que hagamos no conseguiremos nuestro objetivo, también podemos aprender lo contrario. Convencernos de este hecho es clave para salir de la indefensión aprendida.

Recuerda siempre que, ante las dificultades extremas, puedes acudir a un profesional colegiado que te acompañe en tu proceso. Las terapias psicológicas siempre por profesional acreditado.


Bibliografia

Nueva web

Uno de junio de 2020, empiezo una nueva web.

Es mi segundo blog. El primero es Lactando en Diverso. Un blog sobre autismo, lactancia y crianza. Más personal, emocional e intenso. Mi experiencia como asesora de lactancia y madre de un niño con autismo.

En cambio, aquí, en silviaramirezronda.com, quiero mostraros mi lado más profesional. Soy licenciada en Derecho y trabajo en recursos humanos. Prácticamente toda mi carrera profesional la he desarrollado en fundaciones y asociaciones sin ánimo de lucro. En áreas de administración y de recursos humanos.

Empecé a darle vueltas a la idea de abrir otro blog cuando me di cuenta de que, además de las consultas sobre lactancia, de vez en cuando alguien me preguntaba: oye, ¿tu no estás en recursos humanos? Y a partir de ahí, empezaba una consulta. A veces sobre conflictos con empleadores, otras sobre prestaciones y, en general, cuestiones que tengo por la mano, porque las trabajo día a día desde hace tiempo.

Otro de los motivos por los que me decidí a abrir este blog es para poder acercar el Derecho al mundo en general. Estudiar Derecho fue como aprender un nuevo idioma. El idioma de las fuentes del Derecho: la ley, la costumbre y los principios generales del Derecho. Con un lenguaje muchas veces complicado de entender.

Ayudas, prestaciones, papeleos,… burocracia necesaria, pero pesada. La maternidad conlleva mucho papeleo y si encima tu hijo tiene una discapacidad, la cosa se multiplica por veinte.

Y finalmente, abro esta web para aportar, sumar y contribuir un poco a encontrar la luz al final del túnel en esta aventura que es la maternidad (y la paternidad)

Viví en mi piel la salida del mercado laboral. Estuve dos años de excedencia por el cuidado de los hijos poco después de recibir el diagnóstico de autismo de mi hijo mayor.

No es fácil gestionar una salida de estas dimensiones asegurándote que tu puesto queda reservado. Saber qué pides, a qué tienes derecho y cómo tienes que pedirlo es fundamental para no encontrarte con sorpresas.

La conciliación es uno de los grandes engaños en los que hemos caído las mujeres. Nos dijeron que podíamos trabajar igual que los hombres. No nos dijeron que eso significaba que íbamos a trabajar en casa y fuera de ella.

Por todos estos motivos, empiezo hoy una nueva web, fruto, en gran parte (no os lo voy a negar) del confinamiento y el coronavirus.

Gracias por leerme.